Compararnos con los demás
Uno de los motivos por el que nos comparamos es para darnos cuenta de aquellas cosas que nos gustaría tener o alcanzar. El problema es que la propia comparación no nos permite valorar aquello que hemos logrado o aquello que tenemos, minimizando nuestros propios éxitos.
La comparación con respecto a otras personas es dañina para nosotros y nuestra autoestima, la única comparación válida es con respecto a nosotros mismos, ya que al compararnos estamos idealizando los elementos de la otra persona y nos ponemos en una posición inferior.
¿Pero qué podemos hacer para no compararnos con otros?
Identificar en qué momentos te comparas: ¿cuándo te comparas con los demás? ¿En qué contextos lo haces? ¿Cuál es el objetivo que quieres conseguir a través de la comparación?
Ser consciente del malestar y el daño que la comparación genera. ¿La comparación te ayuda a lograr aquello que quieres o te limita?
Es importante observar toda tu historia. Esto te permitirá ser más justo contigo mismo y entender por qué no has logrado determinado objetivo, así como valorarte a ti y a todo lo que has logrado.
Parar y mirar quién eres tú y todo lo que has conseguido. Centrarte únicamente en lo que te falta no te permite disfrutar de lo logrado. Es importante tener en cuenta lo que te gustaría conseguir. Todos aquellos objetivos que uno se proponga es importante que surjan de uno mismo y no de la comparación externa.
Ninguno de nosotros somos iguales. No pensamos, sentimos, y actuamos de forma idéntica a nadie. No hemos vivido lo mismo ni hemos tenido las mismas oportunidades. Por este motivo, la clave estaría en comparar nuestros logros con las metas que nos proponemos, y no con los logros de los demás.
Espero que estos consejos te sean útiles y recuerdes que eres única y valiosa.
💚Grettell Valdez